El clima en la tierra lo regula la atmósfera, y depende de la temperatura de las aguas de los océanos, de las capas de hielos de los polos y de las montañas nevadas, de la lluvia de la nubosidad y de los vientos.
En algunas regiones de América el clima se caracteriza por un periodo seco y un periodo de lluvias. A lo largo de millones de años la temperatura en la tierra ha variado mediante procesos naturales, hasta lograr temperaturas que permiten la vida.
Ese ambiente es gracias a la atmósfera y aun fenómeno que se le llama efecto invernadero. Actualmente el cambio climático se debe a la alteración del efecto invernadero.
El cambio climático se observa en la alteración de las lluvias: antes llegaban en mayo y finalizaban en octubre; en medio de ese periodo se presentaba la canícula o periodo seco. Esta normalidad se ha perdido las lluvias no llegan en mayo, en la canícula se presenta lluvias, ya no se sabe cuándo va a llover, por lo que tampoco se sabe cuándo se debe sembrar.
El calentamiento global se refiere a que ha subido la temperatura de todo el planeta tierra; la responsabilidad se achaca a las actividades de la vida moderna que contaminan los suelos, el agua y la atmósfera.
¿Por qué se da este calentamiento?
Porque se ha contaminado la atmósfera con humo y gases, desde que surgieron las primeras fábricas en los años de 1950, y luego en el siglo pasado con el uso de vehículos y aviones que funcionan a base de combustibles derivados del petróleo, también por trabajar la agricultura con maquinarias.
La atmósfera regula el clima de la tierra; en el día deja entrar los rayos del sol y guarda parte de ese calor para la noche, por lo que impide que se den las temperaturas extremas y de este modo ni nos mata de frío, ni nos mata de calor.
La contaminación de los gases altero este funcionamiento de la atmósfera y ha causado un recalentamiento de la temperatura del planeta, o calentamiento global; afectando el efecto invernadero.
Adaptarnos al cambio climático: La única salida
Primera edición octubre 2009
Mercedes Campos, SIMAS
Pag:5-7